Podemos decir, entonces, que no hay un consumo seguro de alcohol, beber “lo normal” es demasiado. Las de ahora son fechas en las que podemos ser un poquito más flexibles, pero siempre con responsabilidad y teniendo en cuenta algunos límites básicos: menor cantidad, bebidas de baja graduación y beber de forma repartida en el tiempo.
Consejos básicos
- Agua como bebida principal: Es fundamental beber agua antes, durante y después de las comidas o cenas. Puedes aromatizarla con limón, naranja, jengibre, menta… Olvídate de los refrescos, los zumos envasados y, obviamente, del alcohol. Cuando llegue el momento de brindar, si te apetece, escoge una bebida con poca graduación y toma menos de un vasito. Entre ellas, el vino blanco, el cava o la cerveza son algunas de las opciones con menor graduación alcohólica.
- Deja la copa en la mesa o apoyada en algún sitio entre los tragos: Así conseguirás beber más despacio y en menor cantidad. Lo mismo sucede con la comida, prueba a dejar los cubiertos al lado del plato entre bocado y bocado, y verás lo que sucede 😉
- No hagas caso a la insistencia de tus amigos o familiares: No tienen por qué hacerlo con mala fe, pero no todo el mundo es consciente de cómo cuidarse. Mira por ti y tus objetivos.
- Opta por recetas de cocktails sin alcohol, mucho más saludables y que no te pondrán en riesgo si después has de conducir, ni propiciarán conflictos familiares durante las celebraciones a causa del efecto desinhibidor del alcohol. Un ejemplo es el Cóctel Shirley Temple, hecho con zumo de lima, cerezas en conserva, naranja y granadina. ¡Buenísimo!
¿Ves como tienes opciones para vivir las Navidades de forma mucho más saludable?
No lo olvides, si decides cuidar de tu salud también debes vigilar lo que bebes, especialmente en situaciones como las que vienen las próximas semanas. ¡¡Aprovecha y ten en cuenta todos nuestros consejos para estar preparada!!
Y si la Navidad te agobia, no puedes perderte este artículo.
