Imagen representativa de la relación entre la microbiota intestinal y el sistema inmunológico para mejorar la salud general.

Microbiota intestinal y sistema inmunológico: cómo equilibrarla para reforzar tus defensas.

¿Sabías que una de las claves para evitar infecciones y enfermedades está en tu intestino? En los últimos años, los avances científicos han demostrado una relación directa entre nuestra microbiota intestinal y nuestras defensas. En este artículo, exploraremos cómo equilibrarla para potenciar esta barrera de defensas natural.

Mantener una microbiota intestinal equilibrada es esencial para reforzar el sistema inmunológico y cuidar la salud de todo el organismo. Descubre cómo lograrlo en este artículo.

Microbiota intestinal: tu ejército interno.

Nuestro intestino alberga billones de bacterias, virus, hongos y otros microorganismos que forman lo que se conoce como microbiota o flora intestinal. Aunque muchos de estos microorganismos parecen inofensivos, en realidad desempeñan un papel crucial en nuestra salud, pues ayudan a digerir alimentos, a metabolizar nutrientes y también son responsables de entrenar a nuestro sistema inmunológico para identificar y combatir patógenos peligrosos para la salud.

Es fundamental conseguir que la microbiota esté equilibrada, es decir, que haya una proporción correcta entre el número de bacterias beneficiosas y patógenas.

Cuando se desbalancea debido a factores como una mala alimentación o el uso excesivo de antibióticos, proliferan los patógenos (como Clostridium difficile, Cándida albicans o algunas cepas de E. Coli) y nuestra capacidad de bloquear infecciones puede alterarse, aumentando la probabilidad de caer enfermos/as.

 

Representación de una microbiota intestinal equilibrada que ayuda a fortalecer las defensas y prevenir enfermedades.

 

El intestino es, de hecho, uno de los órganos más importantes para el funcionamiento del sistema inmunológico.

El 80% de las células inmunitarias del cuerpo se encuentran allí y están estrechamente vinculadas a las bacterias que lo habitan. Cuando nuestra microbiota se desequilibra, las bacterias patógenas pueden invadir el colon y desencadenar una respuesta inflamatoria que debilita nuestra capacidad para luchar contra agentes externos.

Una microbiota saludable, por otro lado, promueve una barrera intestinal fuerte, previene la sobrepoblación de bacterias dañinas y, lo más importante, ayuda a producir moléculas que regulan la respuesta inmune. Estas moléculas actúan como señales que indican a nuestras defensas cuándo activarse o cuándo moderar su respuesta, evitando reacciones excesivas que también pueden causarnos daño (como las alergias o las enfermedades autoinmunes).

Hay ciertos nutrientes que pueden favorecer la función inmunitaria, como el magnesio o la vitamina C.

El magnesio desempeña un papel crucial en la función inmunitaria al participar en múltiples procesos celulares que regulan la respuesta de nuestras defensas. Es esencial para:

  • Mantener la integridad de la barrera intestinal
  • Producir anticuerpos
  • La activación de los linfocitos T (fundamentales para combatir infecciones)
  • La regulación de citoquinas, que son mensajeros químicos de las células inmunitarias.

Un déficit de magnesio puede llevar a una respuesta inflamatoria exagerada y a una mayor susceptibilidad a infecciones.

La vitamina C, por su parte, actúa como un potente antioxidante que protege a las células defensivas de la acción de los radicales libres, reduciendo la frecuencia y duración de enfermedades infecciosas. En concreto, estimula la producción y función de los neutrófilos, que destruyen patógenos. También mejora la actividad de los linfocitos y favorece la producción de las proteínas que ayudan a combatir infecciones virales.

Fotografía de alimentos ricos en probióticos y prebióticos que favorecen el equilibrio de la microbiota y la salud inmune.

La categoría de complementos alimenticios Defensas de Ana María Lajusticia® contiene estos nutrientes tan importantes, así como equinácea o jalea real para conseguir ayudar a tu sistema inmune de la forma más reforzada posible.

¿Qué factores afectan la microbiota intestinal?

Para mantener nuestra microbiota en equilibrio, es fundamental entender qué factores la afectan. Entre los más comunes se encuentran el sobreconsumo de determinados fármacos, el estrés, algunas patologías, la falta de sueño, los hábitos tóxicos y el sedentarismo.

Te explicamos por qué y qué recomendaciones seguir en cada caso entrando en este anterior artículo del blog.

Pero lo que más determina la composición de la microbiota, sin duda, es la alimentación. Conseguirás equilibrarla si procuras que sea lo más variada posible y si aseguras la ingesta diaria de ciertos alimentos que refuerzan la flora y la inmunidad, como son:

    • Fibras prebióticas: La fibra es la comida favorita de las bacterias beneficiosas. Alimentos como las frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y semillas son ricos en prebioticos, que sirven de alimento para los probióticos y favorecen su crecimiento.
    • Alimentos fermentados: Los alimentos como el kéfir, el yogur natural, el chucrut o la kombucha contienen probióticos, bacterias vivas que cuando se consumen en cantidades adecuadas ayudan a repoblar y mantener en equilibrio a los microorganismos que viven en el intestino. Deberíamos intentar ingerir uno de ellos al día y en más cantidad si hemos pasado una gastroenteritis o tomado antibióticos.
    • Aceite de oliva virgen extra: Su alto contenido en antioxidantes, como los polifenoles, ayuda a reducir la inflamación y mejora la salud intestinal, favoreciendo el crecimiento de bacterias buenas.
    • Especias antiinflamatorias: La cúrcuma, el jengibre y el ajo tienen potentes propiedades antiinflamatorias y, cuando se toman habitualmente, pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades intestinales y a fortalecer la respuesta inmune.

 

Cansancio, fatiga y tristeza tras un desequilibrio intestinal

Intentar equilibrar nuestra microbiota intestinal es mucho más que una tendencia: es un potente mecanismo para fortalecer nuestra inmunidad y protegernos contra infecciones y altibajos emocionales.

¿Qué relación hay entre la disbiosis y la salud mental? El sistema nervioso entérico, conocido como «segundo cerebro», es una red de más de 100 millones de neuronas que recubre el tracto gastrointestinal y se comunica de forma bidireccional con el cerebro a través del eje intestino-cerebro. Esta red no solo regula funciones digestivas, sino que también produce el 90% de la serotonina que necesitamos para sentirnos felices.

La alteración de la flora intestinal, como hemos comentado, supone una inflamación que entorpece la comunicación entre el intestino y el cerebro, favoreciendo la aparición de malestar emocional.

Por eso, un intestino equilibrado es clave para gozar de una mente tranquila, con menos probabilidad de ansiedad, apatía e, incluso, depresión.

Así que, la próxima vez que pienses en cómo mejorar tu salud recuerda que todo empieza en tu intestino. No solo te enfermarás menos y mejorarán tus digestiones si lo cuidas, sino que favorecerás la síntesis de neurotransmisores y ganarás en bienestar emocional.

 

Gisela Fernández
Dietista-Nutricionista y Tecnóloga Alimentaria del equipo de Ana María Lajusticia®

 

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