Algunas especies de animales llegan a tener, incluso, un 40% de colágeno en sus tejidos. Por eso, igual que sucede en el cuerpo humano, los niveles de proteína colágeno en perros, gatos, caballos… determinan directamente el estado de sus cartílagos, tendones, huesos, arterias, dientes, músculos, uñas y piel. Además, no debemos olvidar que el magnesio también cumple un papel fundamental en la formación endógena de las proteínas tisulares, para unos tejidos fuertes y sanos y un mayor bienestar.
¿Tu peludo cojea o se ha vuelvo más patoso o apático?
Conforme pasan los años, se produce una disminución de la capacidad natural de todos los organismos para regenerar el colágeno corporal, lo cual los hace más susceptibles de padecer lesiones y deterioro, especialmente en codos, rodillas y caderas. Por eso es habitual que, de repente, observes que tu perro cojea o se vuelve más patoso. Los gatos son animales más discretos en este sentido y son capaces de disimular el problema, volviéndose menos activos, atentos o cariñosos con tal de evitar movimientos que les causan dolor. Así, es fundamental una identificación exhaustiva por parte de dueños y veterinarios, pues el 90% de los gatos mayores de 12 años sufren degeneración articular (Hardie et al., 2002). Pero, incluso, algunos ejemplares más jóvenes pueden verse afectados a causa de algún traumatismo que hayan sufrido, por exceso de peso o por desarreglos hormonales. También influye el hecho de que algunas razas están más predispuestas a este problema, como los gatos de raza Maine Coon o los Labradores Retriever (que padecen con mayor frecuencia displasia de cadera).
Si percibes que tu fiel compañero presenta dificultad para subir o bajar de los muebles, escoge dormir en lugares nuevos (de más fácil acceso), tiene “problemas” con la bandeja de arena o cambios en el acicalamiento (pelaje con nudos o exceso de acicalamiento sobre articulaciones doloridas), no dejes de acudir a tu veterinario de confianza para una valoración. La detección precoz es básica para poder instaurar un tratamiento que alivie los síntomas y le permita tener una mejor vida, conservando al máximo posible su movilidad. Este le realizará una inspección visual, una palpación (pues las articulaciones pueden notarse duras y engrosadas al tacto) y una radiografía, tomografía computarizada o resonancia magnética, en función del caso.
Dale los mejores cuidados
Una vez tenemos el diagnóstico, debemos propiciar cambios en su grado de actividad para evitar todo aquello que agrave su dolor, como que dé grandes saltos o intensos paseos, o que se encuentre con zonas resbaladizas. Es extremadamente conveniente adaptar el hogar para hacerlo más confortable y realizar cambios en el manejo del animal, proporcionándole comida y agua cerca y una cama blanda en un rincón tranquilo, sin corriente de aire, seco y de fácil acceso. También le ayudarán unos escalones hasta el sofá, gatera u otros lugares elevados de casa.
Es posible, además, que a partir de ahora nuestra mascota necesite ayuda para acicalarse y cortarse las uñas, que se desgastarán menos debido a su nueva y más sedentaria vida. Ojo con el sobrepeso, pues esta disminución en el gasto energético puede suponer ganancia ponderal y enfermedades asociadas: adapta la alimentación de tu amigo a su nueva situación. Tu veterinario será quien mejor podrá asesoraros sobre los requerimientos nutricionales del animal, la alimentación más adaptada en cada caso, la manera de racionarla y la conveniencia, o no, de proporcionarle suplementación para ralentizar el proceso degenerativo (teniendo en cuenta si se dan o no otras enfermedades geriátricas).
La suplementación oral con Colágeno con magnesio de Ana Maria Lajusticia® refuerza desde el interior, aportando estructura, resistencia, elasticidad y juventud a los tejidos. Se trata de una gran ayuda para conseguir un buen mantenimiento y regeneración de los tejidos corporales de personas y mascotas. En consecuencia, ayuda a mejorar la movilidad del animal, a reducir la caída del cabello, a mejorar la artrosis y a prevenirla, especialmente en perros jóvenes, grandes, juguetones y muy activos, para los que el aporte proteico se convierte en un aspecto fundamental de su alimentación.
¡Pide más información a tu veterinario sobre el formato y la dosis conveniente en cada caso!
Gracias, gracias, gracias, la sigo desde hace un tiempo, me encanta verla en YouTube una y otra vez y comparto con mis amistades.
Un beso desde México!