Lo mismo sucede en el caso de los animales (perros, caballos…), pues algunas especies llegan incluso a tener un 40% de colágeno en sus tejidos. Además, el magnesio cumple un papel fundamental en la formación endógena de las proteínas como el colágeno, por lo que es importante combinarlos.
El paso del tiempo genera, inevitablemente, el deterioro y envejecimiento a nivel global de los organismos porque disminuye su capacidad natural de regenerar colágeno, lo cual los hace más susceptibles a las lesiones. Este hecho desemboca en molestias en articulaciones y cadera, e incluso artrosis.
La suplementación oral con colágeno en perros refuerza desde el interior, aportando estructura, resistencia, elasticidad y juventud a los tejidos. En consecuencia, ayuda a mejorar su movilidad, a reducir la caída del cabello, a mejorar la artrosis y a prevenirla, especialmente en perros jóvenes y muy activos.
Es importante consultar con nuestro veterinario sobre la suplementación de nuestra mascota, para que nos indique en qué dosis la necesita y con qué frecuencia, aunque se suele recomendar medio gramo de colágeno por cada 5 kg de peso del animal.