También se liberan emisiones indirectas, como las originadas por la fabricación de piensos o por el transporte de mercancías. ¡Balancea tu alimentación, cuida de tu salud y del planeta!
¿Te has planteado balancear tu alimentación? Aprende a hacerlo
Las proteínas son un nutriente fundamental para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, aunque no todas son igu4ales. Es importante saber distinguirlas para asegurarnos que nos aportan el máximo beneficio y, en caso contrario, poder complementarlas convenientemente hasta conseguirlo, como veremos en seguida.
Para fabricar las proteínas que constituirán los tejidos, nuestro cuerpo necesita 20 aminoácidos diferentes, de los cuales 9 son esenciales (histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina), es decir, deben ser consumidos a través de la alimentación para poder obtenerse.
El puzzle completo
Si uno de estos aminoácidos no está presente en un alimento, la proteína que contiene será de menor valor biológico, como sucede en el caso de muchas proteínas vegetales. Pero tranquila, porque si complementamos un alimento deficitario en algunos aminoácidos con otro que los contenga, obtendremos una proteína completa, de alto valor biológico en conjunto. Esto sucede cuando comemos, por ejemplo, lentejas con arroz: a ambos alimentos les falta algún aminoácido esencial, pero cuando los tomamos juntos se complementan entre sí y conseguimos proteínas vegetales de tanta calidad como las animales.
Así, las mejores combinaciones para aumentar el valor nutricional de los platos vegetales son: legumbres con cereales, cereales con frutos secos o legumbres con frutos secos o semillas (de cáñamo, calabaza, lino, sésamo, chía…). De hecho, las legumbres y sus derivados, los frutos secos, las semillas y los cereales integrales destacan por tener un óptimo perfil de aminoácidos.
Para conseguir el equilibrio nutricional que comentamos, procura que la mitad de la superficie de tus platos principales esté cubierta por verduras crudas o cocinadas y que el resto se divida en dos mitades más, de farináceos (tubérculos, arroz, pasta integral…) y alimentos proteicos (carnes blancas, legumbres, pescados o huevos). Decide qué alimentos incorporar en estas fracciones aplicando las recomendaciones que te hemos ido dando más arriba y ¡conseguirás el plato más nutritivo, como este!
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