Para empezar, debemos procurar vestir con tejidos naturales (como el lino o el algodón, que transpiran mejor) y evitar ponernos prendas de color oscuro, ya que atrae con más facilidad los rayos del sol. También es conveniente hacer todo lo posible para mantener una temperatura ambiental baja, ya sea con ventiladores, aire acondicionado o bajando las persianas durante el día y subiéndolas por la noche. Cuando te acuestes, ten a mano toallas pequeñas que puedas humedecer y enfriar para ponerte en el cuello o en las muñecas si fuera necesario. También es aconsejable practicar la respiración profunda cuando comience un episodio de sofocos, darse una ducha con agua tibia antes de dormir, así como procurar acostarse y levantarse a la misma hora para conciliar mejor el sueño y tener un buen descanso.
En cuanto a la alimentación, que también es determinante en este aspecto, debemos aprovechar los platos fríos y ligeros que se preparan durante los meses estivales, a base de alimentos de origen vegetal (por su aporte de fitoestrógenos, antioxidantes y fibra), que ayudan a saciar, a mejorar el estreñimiento y a disminuir el colesterol. También es conveniente evitar el exceso de sal, las grasas saturadas, los alimentos muy calóricos y los picantes (que influyen en la temperatura corporal), y asegurar el aporte de magnesio, vitamina D, vitamina K, calcio y fósforo para conseguir mejorar la salud ósea, a partir de lácteos, pescados azules, verduras de hojas verdes o alimentos enriquecidos. Otro punto básico es fraccionar la alimentación, haciendo como mínimo 3 comidas principales al día y 2 tentempiés saludables (evitando, así, picar entre horas).
Dentro de la alimentación equilibrada, no debemos descuidar una buena hidratación, basada en beber de 6 a 8 vasos de agua al día, aumentando la cantidad cuando se hagan esfuerzos o la temperatura sea muy elevada. Tengamos en cuenta que las bebidas calientes y estimulantes, como la cafeína o el alcohol, pueden incrementar la temperatura corporal y favorecer la aparición de los sofocos y el insomnio, por lo que es todavía más preferible evitarlas en este momento de la vida.
Igual de importante es evitar el tabaco (ya que la nicotina puede aumentar la intensidad de los sofocos y el riesgo de sufrir enfermedades como la osteoporosis) y tener una vida activa, practicando ejercicio físico al aire libre diariamente, durante las horas menos calurosas. Puedes probar el yoga, pilates o taichí. El deporte te ayudará a sentirte mejor, aliviar los sofocos y controlar el peso.
También es importante trabajar el suelo pélvico para fortalecerlo, ya que con la disminución de los estrógenos puede debilitarse, favoreciendo la aparición de problemas como la incontinencia urinaria o la atrofia vaginal.
Y, por último, no hay que descuidar las revisiones ginecológicas, para que nuestro médico nos asesore y oriente en función de nuestro estado de salud. Valorará si necesitamos tratamiento y elegirá el más adecuado, como puede ser la suplementación natural con Isoflavonas (que reducen los síntomas de la menopausia gracias a su aporte de fitoestrógenos) o con Aceite de onagra (que es regulador hormonal y ha demostrado disminuir la intensidad de los sofocos del climaterio).
Esperamos que todos estos consejos, unidos a una actitud positiva, te ayuden a afrontar la menopausia con tranquilidad, equilibrio y madurez, recordando siempre que es el comienzo de un nuevo ciclo lleno de libertad, nuevas experiencias y posibilidades.
Las cápsulas de ongra y vitamina E, se pueden usar vía tópica, directamente en la piel ?Gracias
¡Buenos días! Su efectividad se produce al ingerirlas 🙂