¿Sabes si tienes hígado graso?

La esteatosis hepática, conocida como hígado graso, es una enfermedad silenciosa que afecta a una parte importante de la población mundial. Se estima que entre el 10 y el 30% de las personas la padecen, y su prevalencia está aumentando debido a los hábitos de vida actuales, como el sedentarismo y una dieta poco equilibradaAunque es más común a partir de los 40 años y en pacientes con obesidad o diabetes tipo 2 (donde puede alcanzar hasta un 90% de los casos), también está creciendo entre los jóvenes debido al sobrepeso.

Además, en un 10% de los casos, la genética podría ser la causa. A menudo pasa desapercibida en sus etapas iniciales, lo que dificulta su detección. ¿Deberías preocuparte por esta enfermedad y cómo identificarla? Lo veremos enseguida.

 

¿Qué significa hígado graso?

La esteatosis hepática, conocida como hígado graso, es una enfermedad silenciosa que afecta a una parte importante de la población mundial. Se estima que entre el 10 y el 30% de las personas la padecen, y su prevalencia está aumentando debido a los hábitos de vida actuales, como el sedentarismo y una dieta poco equilibrada. Aunque es más común a partir de los 40 años y en pacientes con obesidad o diabetes tipo 2 (donde puede alcanzar hasta un 90% de los casos), también está creciendo entre los jóvenes debido al sobrepeso. Además, en un 10% de los casos, la genética podría ser la causa. A menudo pasa desapercibida en sus etapas iniciales, lo que dificulta su detección. ¿Deberías preocuparte por esta enfermedad y cómo identificarla? Lo veremos enseguida.

 

Tipos de hígado graso

  1. Hígado graso no alcohólico:
    Curiosamente, esta es la forma más común, y su origen no tiene nada que ver con el alcohol. ¿La causa principal? Nuestro estilo de vida. Factores como la obesidad, la diabetes tipo 2, el colesterol alto y la hipertensión se combinan para desencadenar este problema. Lo más inquietante es que su incidencia no para de crecer, impulsada por dietas ricas en alimentos ultraprocesados y la falta de actividad física. Es como si nuestro día a día estuviera diseñado para que este tipo de hígado graso encontrara terreno fértil.
  2. Hígado graso alcohólico:
    En este caso, el protagonista es el consumo excesivo de alcohol. Al abusar de esta sustancia, las células del hígado no solo se dañan, sino que también comienzan a acumular grasa, lo que deteriora progresivamente su función. Aunque el alcohol ha sido un conocido enemigo del hígado durante siglos, lo interesante es cómo incluso cantidades moderadas, en personas ya predispuestas, pueden tener efectos significativos.

 

Ambos tipos comparten un punto clave: al principio no suelen presentar síntomas claros. Por eso, aprender más sobre ellos puede marcar la diferencia en tu salud a largo plazo.

 

Causas del hígado graso 

 

Grados de severidad

Varían según la cantidad de grasa que se acumula en las células del hígado y el nivel de daño hepático, pero generalmente se dividen en tres categorías:

  • Hígado Graso Leve (Grado 1): en este punto existe acumulación de grasa en menos del 30% de las células hepáticas. No hay síntomas evidentes ya que es una etapa temprana de la enfermedad. Si se detecta a tiempo (mediante una ecografía o una analítica que muestra alteraciones leves en las enzimas hepáticas), la enfermedad suele ser reversible realizando cambios en el estilo de vida.
  • Hígado Graso Moderado (Grado 2): la cantidad de grasa en el hígado es más significativa, afectando al 30-60% de las células hepáticas. Aunque algunos pacientes pueden experimentar síntomas como cansancio, dolor leve en el abdomen o malestar general, la mayoría no suele notar nada.  Si se realizan las pruebas pertinentes, se pueden observar niveles elevados de enzimas hepáticas y la grasa presente en el hígado. La progresión hacia etapas más graves puede prevenirse mediante medidas de control.
  • Hígado Graso Grave (Grado 3): el hígado presenta una acumulación significativa de grasa, superior al 60%, inflamación y daño celular. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, fatiga extrema, pérdida de apetito, vómitos y, en algunos casos, ictericia (piel y ojos amarillentos). Las pruebas de función hepática mostrarán niveles elevados de transaminasas e indicadores de daño hepático severo.

 

Consecuencias de la enfermedad

La esteatosis hepática, si no se trata, puede desencadenar problemas serios, como fibrosis y cirrosis, que comprometen gravemente la función del hígado. Además, puede causar acumulación de líquido en el abdomen (ascitis), problemas circulatorios como hipertensión portal, y afectaciones más sistémicas, como resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, o síndrome metabólico. Incluso pueden aparecer síntomas como fatiga persistente y deficiencias nutricionales, ya que el hígado pierde capacidad para procesar nutrientes esenciales. En casos avanzados, el daño hepático puede repercutir en otros órganos, como los riñones o el cerebro, complicando aún más la salud general.

 

Tratamiento y prevención

¿Cómo mejorar el hígado graso, entonces? La clave para combatir este problema de salud está en identificarlo a tiempo y realizar cambios en el estilo de vida, pues en etapas tempranas el hígado graso puede llegar a revertirse con pérdida de peso, alimentación saludable (rica en frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables, así como baja en grasas saturadas, alcohol, azúcares y carbohidratos refinados), ejercicio físico practicado de forma regular y mediante el control de las enfermedades subyacentes (como la dislipemia).

Bajar de peso de manera muy progresiva es una de las formas más efectivas de tratar la esteatosis hepática, pues se reduce significativamente la cantidad de grasa acumulada en el hígado y mejora su función. Para ello, es necesario seguir a largo plazo una dieta equilibrada que suponga un déficit calórico moderado (puede incluir infusiones para hígado graso, como esta) y empezar a hacer actividad física para combatir la resistencia a la insulina y reducir la grasa visceral. Además, ten también en cuenta que el estrés crónico puede afectar negativamente al metabolismo y favorecer la acumulación de grasa abdominal, por lo que es otro punto importantísimo que no debes obviar.

En aquellos casos más avanzados, se requieren tratamientos farmacológicos para controlar la inflamación y tratar complicaciones asociadas. Es fundamental consultar con un médico especialista para una evaluación adecuada y recibir el tratamiento pertinente.

 

Suplementos recomendados

Ahora que ya sabes cómo ha de ser la dieta para hígado graso, procura seguir las recomendaciones y ayúdate con ciertos complementos alimenticios que pueden ser beneficiosos en estos casos:

    • Lecitina de Soja: la lecitina es un fosfolípido capaz de emulsionar las grasas, favoreciendo su digestión, su procesamiento en el hígado y reduciendo sus depósitos en los tejidos del cuerpo. Se encuentra disponible en forma de perlas o granulada, al gusto del consumidor.
    • Aceite de Hígado de Bacalao: suplemento extraído del pescado, que aporta vitaminas A, D, E y ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA). El conocido beneficio entre el consumo de omega y hígado graso se basa en que este tipo de grasa mejora el metabolismo de los lípidos, ayuda a reducir la acumulación de grasas en el hígado y equilibra los niveles de colesterol en la sangre. Una perla en cada comida principal es suficiente para comenzar a percibir mejoría. ¿A qué esperas?

 

Gisela Fernández
Dietista-Nutricionista y Tecnóloga Alimentaria del equipo de Ana María Lajusticia®

 

 

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Hola soy carmen Maine
Padezco de histaminisis y mastocitosis no clonal
Tengo problemas con gluten lactosa sorbitol fructosa
Hígado graso no alcohólico 2/3
Obesidad y problemas de movilidad
Que me aconsejas
Gracias

Buenas tardes, Carmen. A grosso modo, te recomendamos seguir las recomendaciones de este artículo y tomar magnesio para ayudarte al metabolismo energético normal y a reforzar los huesos y articulaciones. Una buena opción sería tomar Magnesio Total® 5, un comprimido en el desayuno y otro en la cena. ¡Un saludo!

Muy interesante

¡Mil gracias, Octavio! Un saludo

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