Pero hay más aspectos a tener en cuenta, por eso hoy te explicamos las claves para quererte como te mereces.
En la edad adulta, gran parte de la importancia que nos damos recae en las relaciones sociales y en los vínculos que se establecen con las personas de nuestro entorno. Es entonces cuando tendemos a valorarnos en función de cómo nos ven los demás, un grave error. Aceptarse a una misma implica un amor incondicional, es decir, querernos a nosotras mismas independientemente de si conseguimos o no lo que nos hemos propuesto. No es fácil, pues existen multitud de aspectos de nuestro físico, personalidad o de nuestro pasado que intentamos ocultarnos, pero es necesario para realizar mejoras en las partes de nuestra persona que no nos gustan tanto. De hecho, no puedes cambiar rasgos de tu personalidad ni superar situaciones si no admites ni reconoces la parte de responsabilidad que tuviste en ellas.
Perdonarse: el paso fundamental para la estabilidad mental
Este proceso debe hacerse sin autocastigos, pues van en contra de cultivar una buena percepción propia (autoestima). Si nos despreciamos, acabaremos pretendiendo ser otra persona y cambiar de identidad en función de las circunstancias que nos encontremos. Para evitarlo, hemos de rodearnos de personas positivas, hablarnos bien y decidirnos a ser como somos, sin intentar gustar a todo el mundo, procurando siempre mejorar en la medida de lo posible, pero potenciando nuestras cualidades y manteniendo nuestra esencia, naturalidad y espontaneidad.
Cuando no tenemos miedo al futuro y nuestra conducta es coherente con nuestros pensamientos, sentimientos y valores, se desarrollan al máximo nuestras capacidades, así como los sentimientos de satisfacción y orgullo. Por eso, celebra tus fortalezas como se merecen y tenlas presentes siempre. En definitiva, ¡acepta quien eres para ofrecer lo mejor de ti! Te sentirás más segura de ti misma, afrontarás la vida de forma más realista y tu energía mejorará.