- ¿Por qué ocurre solo en primavera?
- ¿Cuáles son los síntomas más habituales de la astenia primaveral?
- ¿Afecta la astenia a todo el mundo por igual? ¿De qué depende?
- ¿Cómo podemos contrarrestar los síntomas?
¿Por qué ocurre solo en primavera?
La primavera propicia la molesta sensación de la que hablamos, ya que, cuando llega este momento del año, coinciden una serie de factores ambientales, como son:
- La subida de las temperaturas y la variación en la presión atmosférica.
- El aumento de las horas de luz diurna, sumado al cambio de hora que tiene lugar en estas fechas.
- El aumento del tiempo de ocio y el cambio de horarios para comer y dormir, como consecuencia de los puntos anteriores.
Todo ello consigue alterar, en mayor o menor medida, los ciclos circadianos a causa de un cambio en la secreción hormonal de melatonina, la encargada de preparar a nuestro organismo para recargarse durante la noche y tener un buen descanso. Mientras nuestro reloj biológico se reajusta, el cuerpo busca readaptar las funciones biológicas que más energía consumen a las nuevas condiciones ambientales y es entonces cuando, como consecuencia, se desencadenan los síntomas de los que hablaremos a continuación y que nos pueden llegar a hacer sentir como si estuviéramos un poco “fuera de control”.
¿Cuáles son los síntomas más habituales de la astenia primaveral?
Los síntomas típicos de la astenia primaveral son el cansancio, la somnolencia, la debilidad, la apatía, la irritabilidad, la tristeza, el dolor de cabeza, el dolor en el pecho (ansiedad) o malestar general. Por eso, es frecuente extrañarte estos días al pensar “me siento raro”, “no tengo hambre” o “no puedo dormir”. Incluso puedes llegar a sentir dificultad para concentrarte en tus tareas o detectar que tu presión arterial está algo bajita, lo cual dificulta rendir como siempre y puede interferir en tus ganas de hacer planes o hacer surgir algunas desmotivaciones.
Como ves, estos síntomas son muy similares a los que sufren las personas alérgicas al polen, motivo por el cual a ese grupo de la población puede resultarle más difícil la adaptación a las nuevas condiciones ambientales de la primavera. En estos casos sería todavía más importante aplicar las recomendaciones que puedes encontrar en esta entrada del blog.
¿Afecta la astenia a todo el mundo por igual?
Este tipo de astenia estacional se presenta especialmente entre los 20 y los 50 años de edad y afecta más a mujeres que a hombres, debido a las complejas fluctuaciones hormonales propias del género femenino. De hecho, las hormonas determinan gran parte de las respuestas cerebrales y, por ello, inciden mucho en el estado de ánimo. Esto explica porqué los niveles alterados de estrógenos, progesterona, melatonina, endorfinas o cortisol se relacionan con mayor ansiedad y malestar emocional.
También debemos mencionar que determinadas personas son más sensibles a los cambios climáticos, las modificaciones horarias o los saltos de rutina, por lo que durante las primeras semanas de la primavera sufren más estrés de lo habitual, así como tristeza y dificultades para adaptarse.
¿Cómo podemos contrarrestar los síntomas?
La astenia primaveral es transitoria y suele desaparecer de forma espontánea en una, dos o tres semanas, pero también hay formas de acelerar la adaptación del organismo a los cambios propios de esta estación:
- Anticípate al cambio horario que se realiza en primavera, adaptando gradualmente tu rutina diaria a la nueva hora, antes de que este se produzca. Es importante que tus horarios de comidas y descanso sean muy regulares, de lunes a domingo.
- Practica ejercicio físico moderado a diario: te ayudará a acelerar el proceso de adaptación, facilitando la liberación del estrés y la conciliación del sueño por las noches, para que sea más reparador.
- Consigue una alimentación rica en frutas y verduras frescas, legumbres, frutos secos, semillas, pescados, huevos y carnes blancas. Conjuntamente y entre otros muchos nutrientes, estos alimentos aportan aminoácidos de calidad (como el triptófano) y las llamadas vitaminas para el cansancio: vitaminas del grupo B (que tienen un papel primordial a nivel cerebral y para la obtención de energía) y vitamina C, necesaria para las defensas y para el rendimiento físico y mental.
- Una correcta hidratación también es muy importante, ya que con la elevación de las temperaturas se suda más y el organismo necesita más líquidos para realizar las funciones vitales y conservar, así, su equilibrio interno.
- A veces, un refuerzo nutricional puede colaborar en la aclimatación que buscamos, especialmente si recurres a los siguientes complementos alimenticios:
- Levadura de cerveza, la cual es muy rica en vitaminas del grupo B, aminoácidos esenciales y minerales. Además, te ayudará a reforzar tu cabello y tus uñas, para ir preparándolos para el verano.
- Magnesio Total® 5: este suplemento te ayudará a reducir el cansancio físico y mental, a tener una actitud vital y a reforzar los tejidos, gracias a que contiene cinco tipos de magnesio de elevada biodisponibilidad y absorción.
- La Jalea Real con Magnesio y la Jalea Real con Vitamina C, que ayudan a combatir la astenia gracias a las propiedades del ácido hidroxidecanoico (HDA), del magnesio y de la vitamina C.
- Los productos de la categoría Equilibrio Emocional, dos opciones que te ayudarán a mejorar el estado de ánimo y a combatir ciertos síntomas, como la irritabilidad o la falta de concentración. Puedes escoger uno u otro en función de la intensidad en las que los estés experimentando.
Todos estos tips te ayudarán a dejar atrás la astenia de la mejor manera posible. Verás como la sensación de cansancio y sueño, así como la adaptación de tu cuerpo a las nuevas condiciones ambientales, mejorará en pocas semanas (no obstante, si esta sensación de astenia persiste o si va acompañada de otros síntomas, deberás consultar a un médico).
¡A por ello!
Dietista-Nutricionista y Tecnóloga Alimentaria