Prepara tus defensas

En este período de cambio de estación, el cansancio y los resfriados empiezan a ser los principales protagonistas, pues el descenso de los grados térmicos favorece la aparición de enfermedades infecciosas.

Nuestras defensas pueden verse afectadas debido a las alteraciones de temperatura, hecho todavía más probable si le sumamos alguno de los siguientes componentes: estrés, falta de descanso, sedentarismo, déficit de micronutrientes esenciales, estrés crónico, hábitos tóxicos o falta de higiene. Además, los niños y las personas de más edad son los colectivos más sensibles a los riesgos del frío, puesto que su sistema inmune es más inmaduro y débil.

Es por esto por lo que queremos ayudarte a poner las defensas a punto con las siguientes recomendaciones, basadas en una buena alimentación, acompañada de hábitos de vida saludables:

Aliméntate bien: Existe una relación directa entre el correcto aporte de nutrientes y el Sistema Inmunológico, el cual nos protege frente a virus, bacterias, hongos… Como hemos explicado en artículos anteriores, es importante seguir las indicaciones de la Pirámide Alimentaria para conseguir una dieta equilibrada, que nos aporte todos los nutrientes en la cantidad adecuada. Es recomendable adaptar las raciones según nuestras necesidades nutricionales, consumir los cereales integrales y las frutas y verduras frescas o usando métodos de cocción que conserven al máximo su valor nutritivo (como al vapor). De esta manera también contribuiremos al buen estado del tubo digestivo, que es la principal superficie de intercambio y comunicación entre el medio externo e interno y, por tanto, desempeña una función primordial de barrera y defensa.

Las vitaminas (A, B, C y E) y los minerales (zinc, magnesio y selenio), con capacidad antioxidante, protegen frente a los radicales libres que se generan en el organismo y que pueden afectar al sistema inmune:

  • La vitamina C estimula las defensas para su normal funcionamiento ante agentes externos, tiene una función antimicrobiana. Se encuentra principalmente en cítricos, pimientos, espinacas, brócoli, tomate…
  • La vitamina A ayuda a la formación y diferenciación de los glóbulos blancos. La contienen las verduras de hoja verde, las frutas y hortalizas de color naranja o amarillo, el tomate, los lácteos, los pescados, los mariscos, los huevos y las vísceras.
  • La vitamina E la encontramos sobre todo en frutos secos, semillas, hortalizas de hoja verde y aceites vegetales.
  • El magnesio es un factor clave para la síntesis de inmunoglobulina y para el funcionamiento normal del Sistema Inmunitario y Nervioso. Contribuye al equilibrio electrolítico, al metabolismo energético normal y al proceso de división celular. También ayuda al mantenimiento de los tejidos, al funcionamiento normal de los músculos, a mejorar la ansiedad, a disminuir el cansancio y la fatiga física y mental, y a reducir los calambres, las contracturas y las arritmias. Los alimentos ricos en magnesio son: cacao, frutos secos, avena, harina de soja, garbanzos, aguacate y verduras de hoja verde.
  • El Zinc tiene un papel fundamental en la regulación y activación del Sistema Inmunitario; se encuentra en la carne y el marisco, pero también en el ajo, el chocolate y las semillas (como las de calabaza, sandía o sésamo).

Evita el sedentarismo: Realiza actividad física moderada y adaptada a tus capacidades físicas, que combine rutinas aeróbicas (montar en bicicleta, caminar a paso ligero durante al menos 40 minutos seguidos, bailar una coreografía) con rutinas de fuerza adaptadas a tu edad y capacidad (circuitos de tonificación), al menos 3 horas a la semana. El deporte ayuda a las defensas mediante la eliminación de bacterias de las vías respiratorias (ya que incrementa la temperatura corporal), la liberación de endorfinas (que nos alejan del estrés) y la mejoría del descanso nocturno, imprescindible para la regeneración celular.

Intenta dormir al menos 7 horas diarias, sin interrupciones.

Aprende a gestionar el estrés, pues repercute directamente sobre el Sistema Inmunitario. Encuentra su verdadero origen y la fórmula para reducirlo, mediante técnicas de relajación o ejercicio físico (como el yoga o un deporte que nos motive y nos ayude a desconectar).

Toma suplementos alimenticios: Si lo deseas, puedes complementar tu alimentación con suplementos de gran valor nutricional que ayudan a las defensas y tienen acción revitalizante, como nuestra gama de Defensas y energía, basada en la Jalea Real y en su contenido exclusivo de HDA (ácido hidroxidecanoico), que estimula la producción de anticuerpos y tiene actividad antibiótica, fungicida y antiviral. Aporta también acetilcolina, neurotransmisor que mejora la memoria y el aprendizaje.

Disponemos de 5 productos diferentes dentro de esta categoría: la Jalea Real liofilizada, la Jalea con miel (que es expectorante, balsámica y antiséptica), la Jalea Real con Ginseng (todavía más energizante) y las nuevas JALEA REAL con MAGNESIO y JALEA REAL con VITAMINA C, ideales en temporadas de cambio de temperatura, épocas de exámenes y de gran esfuerzo intelectual, para combatir el cansancio y la astenia estacional, revitalizar el Sistema Inmunitario, reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y el rendimiento.

En resumen, una dieta equilibrada, con cocciones suaves y alimentos de temporada, y un estilo saludable son indispensables para fortalecer nuestras defensas.

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