Se ha observado que las poblaciones más sanas son aquellas con un alto consumo de frutas y hortalizas, granos de cereal enteros, legumbres, frutos secos y semillas, ya que contienen vitaminas, minerales y fibra, que intervienen en la diferenciación celular y tienen propiedades antioxidantes. Entre ellos destacan las vitaminas A, B9, C y E, el selenio y los fitoquímicos.
¿Cómo consumirlos?
La dieta mediterránea es la más recomendada para cuidar la salud, porque se basa, principalmente, en el consumo regular de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, aceite de oliva, pescados, huevos y carnes blancas. Seguir las pautas de la Pirámide Alimentaria nos permitirá aportar los nutrientes necesarios en la proporción y cantidad adecuada, mantener un peso estable y prevenir enfermedades tanto carenciales como crónicas.
Siguiendo estas pautas, la alimentación, juntamente con el ejercicio físico, evitar los hábitos tóxicos y aprender a gestionar el estrés, nos ayudará a cuidar la salud y a mejorar nuestra calidad de vida.
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